domingo, agosto 31, 2014

Murphy hace el Agosto

1 de Agosto: El factor virus: El único archivo al que no pasas el antivirus estará infectado con el peor virus.
6 de Agosto: Regla de Horowitz: Un ordenador comete en dos segundos el mismo número de errores que veinte hombres en veinte años.
8 de Agosto: Regla de Kinney: Al médico lo reconocerás porque es el único que todavía tiene apéndice y amigdalas.
12 de Agosto: Ley para veterinarios: La primera mascota que trates por la mañana te meará en los pantalones.
15 de Agosto: Ley de Yeager: Las lavadoras sólo se estropean durante el ciclo de lavado.
20 de Agosto: Máxima del abogado: Donde hay un testamento, hay un pleito.
24 de agosto: Máxima de McKernan: Los que no aprenden de las reuniones pasadas están condenados a repetirlas.
27 de Agosto: Ley del abuelo Charnock: No aprendes a insultar de verdad hasta que aprendes a conducir.
29 de Agosto: Regla educativa de Pamela: Si no quieres que tus hijos oigan lo que dices, simula que hablas con ellos.

lunes, agosto 18, 2014

Micro-relato milmarqueño (2)

Sé que está grabado en vídeo pero el paradero de la cinta es un misterio. Tal vez, en alguna estantería o armario de la casa paterna, acumulando polvo, se halle un mini-documental gráfico de una de mis primeras visitas a Milmarcos. No dura mucho, seguro que no tiene una gran calidad de imagen pero es algo entrañable. Como no puedo prometer encontrar la cinta, paso a relatar lo que mi escasa memoria me permite recordar:
Imaginaos, hace no muchos años, un chavalín recorría de la mano de sus padres la calle Jesús, cuando esta calle: ¡aún era de tierra!. La ves ahora tan maja que está y cuesta imaginarsela así. Pero es cierto, las imágenes están ahí para corroborar el dato. Pues este chaval no iba solo, a su lado, su primo con una escopeta de esas que disparaban un corcho atado a una cuerdecilla, apuntaba al cámara y justo cuando lo enfocaba, ¡pam!, disparaba y el corcho salía lanzado en una breve carrera, lo que tardaba en tensarse la cuerda, apenas unos segundos. Ese pequeño vaquero apenas levantaba palmo y medio del suelo. Hoy en día, levanta bastantes más palmos del suelo, tantos que hay que estirar el cuello para darle dos besos y él a su vez, agacharse un poco. Ese pequeño vaquero pertenece ahora a una peña de nombre impronunciable y calza un 51 de pie, más o menos. Ese pequeño vaquero es...venga, va, os dejo que lo adivinéis. En esas imágenes antiguas también aparece una niña pequeña sentada en un carrito de bebé que mira con curiosidad a la cámara. Pues bien, esa niña ya no es tan niña, es madre de un crío rubio de ojos azules que seguro que pronto empezará a recorrer las calles de Milmarcos.
Pero aún hay más sorpresas en la cinta: mis abuelos "jóvenes", siempre juntos, viendo con orgullo a sus nietos, haciendo el tradicional paseo hacia la ermita de Jesús. A mitad de camino, el cámara no puede evitar grabar en vídeo el magnífico caserón-palacio que hay en la calle. Aún hoy en día, sigue llamando la atención por la solidez de su construcción y por el magnífico escudo de la puerta. Es verdad que necesita un buen lavado de cara y que desconozco por completo como es su interior pero aún así sigue destacando como uno de los edificios más representativos de Milmarcos.
La cinta acaba con una panorámica general del calle y de la ermita y se nos ve a mi primo y a mi revoloteando por la calle, tal como hace mi hijo ahora, tal como hace el hijo de mi prima ahora; ya no es un suelo de tierra pero sigue siendo Milmarcos y en ese breve mini-documental hay una mini-historia, un micro-relato de como era este pueblo no hace muchos años y lo que ha cambiado, en general para bien...¡Con deciros que ahora esa calle nos lleva a la flamante piscina municipal de Milmarcos!