Aquí estoy. Aquí me tenéis. Francisco de Borja Hernández Gonzalo. Siempre a flor de piel, con el corazón en la boca y la sangre hirviendo. ¡Miradme, miradme! Esa leve figura que apenas es un susurro del viento. Ese soy yo. ¡Escuchadme, escuchadme! Ese suspiro ahogado en una jaula de huesos. Ese soy yo. ¡Cogedme, cogedme! Esa brizna de vida cogida por alfileres. Ese soy yo.
No es que quiera llamar vuestra atención pero prestarme atención, por favor. No es que sea un egocéntrico y solo diga: "Yo, yo y sólo yo" pero ahora sólo estoy yo delante del ordenador y eso me asusta. Tal vez sea esto un grito de ayuda o sólo un desahogo. No lo sé. Si lo supiera ni lo escribiría. Pensareis: "Está desvariando". Y tendréis razón. Diréis:"No sabes cómo rellenar tu blog". Y tendréis razón. Y sin embargo, os equivocais. Porque ahora escribo porque me apetece y punto. Sin ninguna temática en particular.
Aquí estoy. Aquí me tenéis. Francisco de Borja Hernández Gonzalo. Sí, sí. He puesto el nombre completo, el que figura en el DNI, el de alguien que nació un 21 de enero y cuyo santo es hoy, precisamente hoy. Pero no me felicitéis. El señor San Francisco de Borja era un hombre de fé y yo cada vez más sea un descreído. Tal vez por eso esté escribiendo esto. Ya sé que en el párrafo anterior he dicho que no había ninguna temática. ¿Qué queréis? Me contradigo a mí mismo, me amo y me odio y pocas veces, me he tomado a mí mismo en serio. Tal vez esté aquí el quid de la cuestión. Porque si no me tomo en serio, ¿cómo pretendo que me tomen en serio los demás? Y así pasó los días, con mi insoportable levedad, intentando llegar al día siguiente. Porque la vida en sí son dos días, porque la vida en sí es una mierda, porque puedes hacer que esos dos días sean maravillosos y puedes convertir la mierda en lo más hermoso que hayas visto jamás. Yo estoy a medio camino. No sé si a peor o a mejor. Pero camino, respiro, vivo.
Aquí estoy. Aquí me tenéis. Francisco de Borja Hernández Gonzalo. Hace muchos años, en una época oscura de mi vida, pensé en suicidarme y ahora quiero estar más vivo que nunca. Que esos dos días sean cuatro. Por favor, gracias.
(Continuará...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario