Por su dulce piel me perdería
para hallar la miel de su boca.
Porque cada vez que me toca
en ella, sin duda, moriría.
Y sin duda en ella resucitaría
porque es el milagro que provoca
gozarla tanto que mi alma se desboca
en una cascada de inmensa alegría.
Porque es mi luz y mi meta,
la que desborda cada verso,
lo único cierto y sincero.
Porque su amor me reta
y en su cuerpo inmerso
hallo el amor verdadero.
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