viernes, noviembre 20, 2009

Efeméride

Hoy es día de alegría nacional. Porque nosotros también tuvimos nuestro tirano particular, porque nosotros también tuvimos nuestros represaliados, nuestros desaparecidos, nuestras víctimas. Porque nosotros también vivimos bajo el yugo del miedo y la opresión. Porque nosotros también sufrimos una dictadura, dictadura que simpatizó con la Alemania nazi, que vió con otros ojos el Chile de Pinochet. Porque, aún habiendo pasado 34 años, algunos no quieren mirar atrás, no quieren recordar, incluso les molesta que los familiares de las víctimas de aquellos años quieran saber donde están sus cuerpos, para honrarlos como es debido, para darles un merecido homenaje. Mientras ellos siempre han sabido donde están los suyos, mientras su iglesia incluso beatificaba a muchos de ellos, los otros han tenido que aguantar este periodo de ominoso silencio sobre el paradero de sus seres queridos. Han tenido que aguantar en aras de una democracia que empezó algo tambaleante(23-F, como máximo exponente) y que hoy quieren arruinar a base de corruptos. Han tenido que sufrir una amnesia voluntaria durante muchos años y cuando han abierto un poco la boca para reclamar lo que, legalmente y éticamente, es justo, las hordas del otro lado, los nostálgicos de los años grises, los rescoldos de un tiempo que fue un infierno para este país, se han lanzado sobre ellos como voraces alimañas. En realidad, siempre han sido así. Son los mismos lobos solo que con otra piel de cordero. Hoy, ellos, están de luto. La gran mayoría no lo mostrará en público por el qué dirán pero en sus adentros no pueden soportar los logros de libertad conseguidos hasta ahora y lo que queda por lograr. Otros sí que mostrarán su pesar e irán a misas en honor de. Como si alguien que fue tan miserable se mereciese una misa.
Afortunadamente, la gran mayoría vivirá el día como un día cualquiera, que es como debiera vivirse pero sin olvidar lo que sucedió hace años. Y a pesar de la crisis, de los políticos y de tantos otros, por lo menos sonriamos un poco. Sonriamos por los que no pudieron sonreir porque les arrebataron la alegría de vivir y les abandonaron en alguna fosa común, sonriamos porque nuestra sangre es roja y nuestro corazón está a la izquierda y a ellos se les puede extirpar la falange de las manos, sonriamos porque la democracia, nuestra democracia, por muy mal que esté siempre será mejor que la dictadura opresora y terrible de aquel señor caudillo por la gracia de Dios. Lo siento, sigo sin ver donde está la gracia...

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