martes, abril 13, 2010

Pequeño poema para alguien que se está haciendo grande...

(Interrumpo, otra vez, la monografía dedicada a Los Beatles para regalar este poema a cierta persona que hoy cumple un año...)

Trece de abril de dosmilnueve,
todos los relojes se paran,
nada se mueve.

Una mujer rompe con el estéril ayer
y con sobrehumanos impulsos
da a luz a un nuevo ser.

Un hombre vence al incierto futuro
y a fuerza de ternura
atrae a la luz, aleja a lo oscuro.

Un niño recién nacido hoy
aún no tiene ni idea
de lo feliz que soy.

Trece de abril de dosmildiez,
los relojes se pararon
otra vez.

Una madre ríe a carcajadas
y a fuerza de reír
olvida sus despiertas madrugadas.

Un padre contempla la escena
y a pesar del cansancio
piensa que ha valido la pena.

Un niño, por la casa, revolotea...
Vuela, sobrino mío,
que todo el mundo te vea.

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