lunes, julio 21, 2014

Micro-relato milmarqueño (1)

Marcos quería bajar al parque infantil de la plaza, así que a pesar de lo temprano que era y lo fresca que se había levantado la mañana, lo cogí de la mano y fuimos para allá. La plaza estaba casi vacía. Tan solo había un señor mayor allí plantado en un banco, aferrado a su gayata, que parecía estar haciendo la guardia. En cuanto nos vio pasar, nos miró de arriba a abajo y me preguntó, así a traición, pum, no te habías espabilado pues toma....
-¿Y tú de quién eres?-
Suspiré. Hace unos cuantos años no habría sido capaz de responderle porque no conocía las claves correctas para contestarle Pero yo ya conocía el camino a seguir, yo era el Robert Langdon del Código Da Vinci, el Sherlock Holmes de Estudio en Escarlata, el compañero de pupitre que me corregía los dictados...
Así que le respondí:
-Soy hijo de Paquito, hijo de Paco el zapatero, hijo de Ignacio el cochero.-
Con esto se demuestra que el señor Tolkien visitó Milmarcos y plagió la manera de presentarse que tenían los lugareños para aplicarlas en su famoso libro El Señor de los Anillos.
El señor asintió. ¡Sí, lo había logrado! La piedra filosofal, el arca de la alianza y la de Noé si se tercia, el pucherillo cuando eres un crío...Sentía una emoción inmensa, un orgullo de mi mismo, un...
Pero el hombre volvió a preguntar:
-¿Y este año no vas a saltar las vacas o qué?-
-Pues...

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