“Depende de la habitación que te toque...”
Titulo así mi crítica porque si te toca una habitación que dé al patio interior del hotel, será muy difícil conciliar el sueño debido al ruido continuo de los extractores. Aguantamos en esa habitación 3 noches pero a la 4ª solicitamos cambio de habiación y salimos ganando con el cambio. La habitación daba a la calle pero era una calle tranquila, las vistas eran mejores y además tenía doble ventana. La limpieza de las mismas podría ser mejorable(sin llegar a ser un desastre).
Nosotros contratamos el desayuno inglés y lo calificaría como contundente porque incluía, a modo de buffet libre, salchichas, una especie de bacon, tostadas, pescado, judías, huevo pasado por agua, huevos escalfados, una especie de pasta blanca que no me atreví a probar y cereales. Eso sí, hay que ir pronto porque si no os tocará hacer cola. El hotel no tiene grandes lujos ni tampoco es que llame mucho la atención por fuera. Eso sí, su ubicación es excelente, muy cerca del British Museum y a escasos metros de la estación de metro. Concurrida estación, por cierto.
En resumen, hotel normalito, enorme y sin grandes pretensiones.
Nosotros contratamos el desayuno inglés y lo calificaría como contundente porque incluía, a modo de buffet libre, salchichas, una especie de bacon, tostadas, pescado, judías, huevo pasado por agua, huevos escalfados, una especie de pasta blanca que no me atreví a probar y cereales. Eso sí, hay que ir pronto porque si no os tocará hacer cola. El hotel no tiene grandes lujos ni tampoco es que llame mucho la atención por fuera. Eso sí, su ubicación es excelente, muy cerca del British Museum y a escasos metros de la estación de metro. Concurrida estación, por cierto.
En resumen, hotel normalito, enorme y sin grandes pretensiones.
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