sábado, noviembre 17, 2018

La memoria

La memoria es caprichosa y la mía es muy hija de puta porque tan pronto olvida una cara,¿yo a este de qué le conozco?, voy a seguirle el rollo a ver si descubro quién es, pues nada, me quedo como estaba, ¿y yo qué iba a hacer ahora?, ¿no llevaba una bolsa con las invitaciones de boda?, a que me las he dejado en el autobús, ya verás tú que follón, ¿he llegado a coger la bolsa de casa?, joder, ¿quién coño era el que me acabo de encontrar?, como haya perdido las invitaciones, ni boda ni ostias, gilipollas que eres un gilipollas, pero si la bolsa la llevaba en la mano...¡no, espera! la has dejado en el suelo de la cocina porque si no comes algo antes de salir revientas, pedazo de rumiante. Como decía, tan pronto olvida una cosa como,de repente,sin venir a cuento, me obsequia con una imagen nítida y clara que ríete tú de las televisiones de plasma. Si el recuerdo es bonito, agradable, nostálgico, turrones el Almendro, Mimosín, la teta de Sabrina, pues vale, pues de acuerdo. Pero si el recuerdo es malo, amargo, feo, el abusón del cole, los amigos del abusón del cole que hacen lo que él dice, el resto de la clase que no hizo nada, si te asalta uno de esos recuerdos, ¿qué haces entonces?, puñetera memoria pringada de rencor, de ansias de venganza, de ajustar cuentas...pero no, no cederé a esas brasas que aún quedan en mi subconsciente y las volveré a encerrar en el sótano de mi memoria, de mi cabrona memoria.

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