lunes, abril 17, 2006

Crónicas de un pueblo(en Semana Santa)

Tenía que estar allí, qué le voy a hacer, soy el responsable de la barra así que sacrifiqué mis vacaciones con todos los gastos pagados por un tal señor Roca en Punta Cana para ir a Milmarcos(Guadalajara). Y a pesar del estado catatónico que me produce la carretera de acceso al mismo, pues fuí allí. Lo mejor de todo es que no fuí solo, Ana iba conmigo. Y aunque ya conocía a algunos miembros de mi familia, ahora se los iba a encontrar a casi todos de sopetón y no sólo la familia más cercana sino también primos segundos, tíos segundos, tíos-abuelos y un largo etcétera de parientes cuya fómula universal para conocerse entre ellos es la pregunta: "Y tú, ¿de quién eres?". Pero Ana lo llevó todo muy bien y se supo desenvolver con esa soltura que ella tiene, incluso con algún que otro "chinche" de mi peña que no paraba de pincharla. Ana, ya le perdonarás, César es así.
Total que estos días han sido de reuniones varias para perfilar las fiestas de Agosto y aunque las palabras más repetidas han sido "pendiente de presupuesto" por lo menos en el tema barra, la cosa está más o menos clara, así que ya puedo ponerme en marcha(y que Dios me pille confesado).
Por lo demás, fueron días de relax, de pegarse 3 horas sentados en un banco, de ir de casa a casa bebiendo limonada que no es la limonada que estáis pensando sino una bebida típica de allí que con 3 ó 4 vasos que te tomes ya vas contentillo(ya os diré otro día la receta), de ir a los 2 únicos bares del pueblo y asistir a la mágica transformación de uno de ellos en una disco, gracias a una bola de colores. Nos faltó hacer alguna excursión que otra pero como no había ido en mi coche pues a fastidiarse. Para la próxima vez, ¿de acuerdo, cariño?.

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