Ya estamos en septiembre, pronto llegará el otoño y con él la melancolía. Ves caer las hojas de los árboles mientras pasan los días, ves a la gente caminando por la calle pensando en sus cosas, sin darse demasiada cuenta de como cambia todo a su alrededor. Y en medio de la marabunta, me encuentro absorto en mi mundo como si estuviera a años luz de aquí. En mi mente se acumulan miles de cosas pero no sale ninguna idea clara y no puedo evitar suspirar.
Flota en el ambiente tu recuerdo permanente aunque el tiempo ayude a aliviar tu ausencia. Pienso en el que te acompañó hasta el final y lo vacío que se quedó. Y trascurrieron los años, no sé si pocos, no sé si demasiados, pero parece que se ha puesto en marcha de nuevo su corazón. Y se encuentra algo confuso y le da hasta apuro confesarme su situación. Tampoco le he preguntado, no soy como mi hermano que va directo al grano y sabe más del asunto que yo. Y no sé si lo quiero saber, no sé si quiero que me diga algo, no sé como reaccionaré. Reconozco que soy algo reticente aunque no sabría deciros el porqué. El luto ha durado mucho, seguro que necesita algún tipo de afecto o compañía que ni los hijos ni el nieto le podemos dar pero no me hago aún a la idea.
En fin, no sé como titular este artículo porque no sé como me siento. Pero eso sí, si así él es feliz contará con todo mi apoyo.
1 comentario:
Hola Borja, soy Anacris. No le busques título porque no lo tiene.
En tu corazón jamás podrás sustituir su recuerdo por nada, aún después de saborear la paternidad, es más, seguramente eso mismo lo ha hech más fuerte. Seguramente en el de tu padre tampoco y, si os parecéís, seguramente estará lleno de dudas. Como tú dices, no necesita tu aprobación,sino tu apoyo y eso que has escrito es muy bonito y muy sincero. Besos.
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