domingo, noviembre 13, 2005

¿Te he dicho que te quiero?

Me encanta el contraste y la aparente contradicción. Creo que en todo orden hay un caos y que en todo caos hay un orden. El ying y el yang. El azar y el destino. ¿Existen las casualidades? ¿O estaba todo predeterminado para que ocurriera así? El pasado es pasado y el futuro, vete tú a saber. Vivo el presente, teniendo en cuenta de que mi presente se contruyó sobre mi pasado y mi futuro se construirá sobre mi presente.
Volviendo a lo de las casualidades...¿es casual que una de las alumnas de las que va a la academia donde trabajo fuera compañera mía en el Carrefour? Si yo le diese clases sería ya la repanocha...Y ¿es también casual, que una amiga de mi novia sea de la misma peña que mi vecina de abajo y no sólo eso, que coincidieran en el mismo instituto cuando viven en barrios distintos? Es en ese instante, cuando sucede una concatenación de hechos que, aparentemente, no tienen nada que ver el uno con el otro, cuando tu capacidad de sorpresa se ve superada y crees que hay algo más allá, que tiene que haber algo que una toda esa madeja en la que estamos metidos. Tal vez ese algo sea Dios. Tal vez no.
En este mundo tan embrollado, es posible encontrar la sencillez. Y además, esta sencillez es especialmente hermosa. Como la sencillez de un amanecer...y sin embargo, para que la tierra rote sobre sí misma y luego sobre el sol, hay una complicación cósmica, una serie de combinaciones que casi asustan...Como el amor, por ejemplo.
En efecto, el amor es lo más sencillo y lo más complicado del mundo, no tiene reglas y aquí reside su magia. No habla en ningún idioma pero todos lo entienden o desean entenderlo.. Cuando se tiene, ni siquiera todo el oro del mundo te hace sentir más rico y cuando no se tiene, ni siquiera todo el oro del mundo puede comprarte una felicidad(aunque ayude bastante).
El amor es el ying y el yang, el caos y el orden, la casualidad de conocer a alguien y saber que estabas destinado para esa persona(o ella para tí). Tal vez en la madeja de tu vida, esa persona sea el hilo equivocado, a lo mejor no. Es igual, si tropiezas, te levantas y vuelves a andar para tropezar en la misma piedra otra vez. Es nuestro sino como humanos. Eso sí que lo tenemos grabado a fuego y aquí no hay azar que valga. Pero, de tanto tropezar, con suerte(o yo por lo menos eso os deseo) veréis una mano que os ayude. Y sabrás que esa es la persona, y todo lo que estaba liado, se desliará. Y si tuviste suerte a la primera, enhorabuena, pero recuerda que todo es pasajero, que no hay nada para siempre(aunque lucharemos por hacerlo eterno).
Y detrás de todo, al final de los hilos...¿quién sabe? Dicen que Dios es amor. Ahora mismo soy un firme creyente, por favor, quien sea, que no flaquee mi fé. ¿Te he dicho que te quiero?
Amén.

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