La noche despierta con una luna rabiosamente llena, con un ejercito de estrellas escupiendo luz por todas partes, con una legión de grillos desafinados, con un silencio sospechoso en el centro de la ciudad y oliendo a nuevo, como si hubiese salido de la ducha. La noche desnuda, completamente vestida de viento, un viento suave y juguetón que despeina el flequillo a los árboles del parque. La noche, con el croar de las ranas de fondo, se zambulle en el río tiñiendo el color tierra de la mañana por un color más cerrado y misterioso. La noche y su bruma, como un velo de eterna novia aún sin casar. De noche, el tiempo parece suspendido y aunque éste avance sin piedad, la noche disfraza sus efectos y engaña al corazón de los noctámbulos. Los hijos de la noche la reciben con júbilo porque bajo su reinado todo puede ser y no tienen que vivir bajo la mirada amarilla del implacable sol.
La noche despierta para los amantes porque la noche es el amanecer de las pasiones, ¡Ay, niña, si de noche vinieras a buscarme!¡Ay, niña, si de noche vinieras a rondarme!¡Ay, niña...! Una y mil noches estaría yo a tu vera para amarte.
La noche despierta, noche de luna llena, noche de verano y nos perdemos en ella hasta la noche siguiente...
No hay comentarios:
Publicar un comentario