miércoles, noviembre 06, 2013

Resumen Pilares 2013

Sí, sí, ya lo sé, que las Fiestas del Pilar fueron del 6 al 13 de octubre y que he tardado un poco en escribir lo que hice durante las mismas. Es más, este resumen se va centrar en los dos fines de semana(días 6 y 7;días 12 y 13) porque entre semana tocó trabajar de tarde y al salir del curro ya no quedaban muchas ganas de ir de marcha...
El sábado 6, después de trabajar, pillé un taxi y me dirigí a un restaurante donde había quedado con los amigos de la peña. Tras una comida breve en cantidad y amplia en vino y gaseosa, fuimos hacia un supermercado a hacer la compra de rigor: no sé cuantos litros de vino, no sé cuantos de Coca-Cola, hielo y garrafas de agua. Vaciamos las garrafas en unos árboles, se veían tan mustios los pobres, y las llenamos con la mezcla de vino y Coca-Cola. Una vez preparado el calimocho, metimos las garrafas en un carro de compra de esos de los chinos junto con varios vasos de litro y otros más pequeños y el hielo. Vamos que el carro pesaba un cojón. Nos pusimos en marcha hacia la sede social de la peña y allí esperamos un rato al resto de peñistas para salir todos juntos. La espera fue acompañada con vasos de calimocho, claro. Por fin, la charanga anunció la partida hacia nuestro destino: plaza España. La ruta era la siguiente: calle Nuestra Señora del Agua(irónico nombre, porque había de todo menos agua), Lapuyade, Paseo Cuellar, Sagasta, Plaza Paraíso, Plaza Aragón, paseo Independencia, Plaza España. Aquí se hacía una parada(para leer el pregón de peñas) y luego se continuaba por el Coso, calle Alfonso para terminar en la Plaza del Pilar. Para los que no son de Zaragoza diré que era un palizón de andar que te cagas y más si vas con el carrito de lo cojones, que sí que al principio nos turnábamos en llevarlo pero conforme más bebíamos, más ganas de mear nos entraban y además, se acababa el hielo, con lo que al final el carro quedó abandonado en el paseo Independencia, eso sí cerca de lo contenedores porque no todos los peñistas somos unos guarros. 
Llegamos al Pilar y ahí se produjo la habitual desbandada, unos habían quedado por ahí, otros por allá, alguno se lo debió tragar algún cuarto de baño...Total, que estábamos uno de mi peña, mi mujer que vino al final del recorrido porque había salido de trabajar y yo. Y decidimos ir hacia el pabellón que estaba en la otra punta de la ciudad. En el camino, mi amigo de la peña se fue a casa porque tenía que cuidar al peque. El nuestro, afortunadamente, estaba bien cuidado. Gracias cuñados. Ya en el pabellón, nos juntamos con otros conocidos de la peña, vimos un poco de los conciertos y a eso de la 1 o las 2 de la mañana ya volvimos para casa. Estaba reventado y no muy pedo...
El domingo, comida familiar por la mañana, visita a las ferias, cena en casa y por la noche, vuelta al pabellón pero esta vez con mi cuñado y un amigo suyo. Tocaban Los Mojinos Escocíos y Los Berzas. Con los primeros nos reímos y lo pasamos bien. Con los segundos ya nos despendolamos. Más mi cuñado que yo, que se sabía casi todas las canciones...Aquello acabó pasadas las 2 y media de la mañana y la llegada a casa fue pasadas las tres...Sí lo confieso, a la mañana siguiente Ana llevó a Marcos a la guarde y yo me quedé en la cama...
El día del Pilar, por la mañana fuimos a la Ofrenda. ¡Casi 4 horas desfilando! ¡La Ofrenda más multitudinaria de la historia! El clima acompañó y eso se notó. En fin, que si salimos a eso de las 10 y algo y llegamos a donde la Virgen a eso de las dos y pico, imaginaos como acabamos. Menos mal que el vermut en casa Isabel, amortiguó el cansancio. Por la noche y tras dejar al peque con los abuelos, gracias de nuevo, salida al pabellón a disfrutar de la última noche de conciertos. La verdad que lo que había en la carpa era lo de menos y allí estuvimos hasta no muy tarde, creo.
El domingo 13, último día, lo dedicamos a compensar al peque y lo llevamos a la peña donde hacían animación infantil para los críos. Se lo pasó en grande el colega. Ya por la noche y con gran sacrificio y dolor, dejamos que su madre fuera al concierto de Pablo Alborán  mientras yo me volvía para casa con él. Los fuegos ni los vimos, al día siguiente había que madrugar...

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