martes, agosto 23, 2005

Días de fiesta(IV)

El día 15 me perdí con gran dolor de mi corazón, la procesión en honor a la Asunción de la Virgen pero es que como la charanga me había vuelto a despertar pues en represalia decidí no ir(vale, de acuerdo, no hubiera ido de ninguna forma...) Aquella tarde era la última de vaquillas y claro mi hermano tuvo que saltar sobre la más grande para deleite de su club de fans, compuesto por la chavalería del pueblo y por alguna que otra adolescente cuyos suspiros son rápidamente fulminados por la mirada asesina de Isabel. ATENCIÓN: Todos los que sean sensibles por naturaleza no lean las siguientes 5 líneas:
A las vacas se las sacrificaba en el mismo corral y verse no se veía nada pero oírse...era estremecedor. Después si que sacaban el cadáver de la vaca arrastrándolo y dejando un reguero de sangre en el camino. Lo peor era que los niños se acercaban a ver aquello y nadie se lo impidía. Vamos que el litro que llevaba en la mano ya no me supo igual.
Por la noche, a falta de orquesta, la charanga nos llevó por todo el pueblo, cuesta arriba, cuesta abajo, que vamos Milmarcos se me hizo muy pero que muy grande. Además cada dos por tres, de las ventanas nos tiraban pozales de agua, lo que unido al fresco que hacía hizo que volviera a casa, a las tantas de la madrugada algo moquitoso y con la duda de no saber si había bebido ron o agua.

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