Son las 4:25 de la madrugada del 18 de Agosto. Vuestro recepcionista favorito lucha denodadamente contra el sueño. Es la primera vez que le toca el turno nocturno y hace verdaderos esfuerzos para que su cuerpo se adapte al cambio. Lo ha probado todo: 2 tazas de café solo antes de ir a trabajar, una cocacola a eso de las 2, lavarse la cara, dar pequeños paseos, escribir aquí...
(Perdón, acaban de entrar unos clientes con cara de cansancio)
Bien, parece que les ha gustado la habitación y se quedan(o eso o es que no pueden más). Esto ha animado a vuestro adorado recepcionista. Ya ha arqueado las cajas de todo el día y ha hecho la copia de seguridad del ordenador. Sólo le falta imprimir el parte para la gobernanta con las habitaciones de salida, las de cliente, etc...El sábado de la semana siguiente espera estar más animado ya que se celebra una boda en el hotel.
En fin, son casi las 5, entre clientes noctámbulos y gente que para de propio para sacar tabaco de la máquina, ya ha pasado una media hora. A las 8, se terminará el turno y vuestro cansado recepcionista volverá a casa rezando porque las cajas las haya hecho bien, porque el disco de seguridad se haya copiado correctamente, porque las hojas para la gobernanta estén bien impresas, porque haya archivado en su sitio las facturas y los bienvenidos, porque...menos mal que su jefe le dijo que el turno de noche era tranquilo que si no...
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