martes, enero 04, 2005

Gaspar

Gaspar era el segundo de tres hermanos y mientras su hermano mayor se había llevado todas las carantoñas por ser hijo único hasta que nació él, a Gaspar no le había tocado recibir las que se suponía guardadas para el peque de la casa porque en seguida nació su hermano pequeño. Y aunque su madre dijera que quería a todos por igual, a él no se le escapaba que el ojito derecho de su padre era su hermano mayor y el ojito derecho de su madre era el pequeño. Pero Gaspar no se quejaba por esto porque esta situación le daba una sensación de libertad e incluso de ausencia en la vida familiar.
Sin embargo, el día que su padre le sorprendió fumandose un porro todo aquello se fue al garete. En realidad, el padre ya sospechaba algo cuando una vez que Gaspar había fumado en su cuarto y se fue sin ventilarlo bien , un olor como a incienso quemado se extendió por la casa. Pero como Gaspar era un poco hippye, su padre pensó que aquel olor era precisamente incienso y no le dio mucha importancia. Pero ya cuando se lo encontró de morros una vez en una calle con aquello en la boca, que desprendía el mismo olor...
La bronca fue monumental, las escenas de lloros de su madre dignas de Shakespeare,sus hermanos se metieron en sus cuartos como comadrejas sin querer asomarse para nada. Gaspar se sintió como un delincuente, era imposible explicar a su padre que no era un drogadicto, que la marihuana incluso se podia usar con efectos terapeúticos, que en países como Holanda había locales donde poder fumarla sin problemas...eso era imposible de explicar a un hombre chapado a la antigua, general retirado del ejercito para más señas, que metía en un mismo saco a drogadictos, a inmigrantes, a gays, a los que fumaban porros...Así que aguantó como pudo la serie de reproches y amenazas que su padre le decía porque justo en ese instante había tomado una decisión. Él que tanto había presumido de su "ausencia" en la vida familiar decidió que su ausencia sería más física y más duradera. A la mañana siguiente preparó sus cosas, le dijo a su padre que ya no se preocupase más por él que ahora iba a vivir su propia vida. Mientras su padre le gritaba que en menos de una semana estaría de vuelta, se despidió de su madre y de sus hermanos y se marchó de casa para no volver nunca más.

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