lunes, enero 03, 2005

Melchor

El espejo del cuarto de baño del astillero estaba sucio y ajado, como todo lo demás. Pero era un espejo, al fin y al cabo y no dudó en reflejar aquella cara surcada de arrugas, una cara envejecida antes de tiempo. También reflejó un pelo totalmente blanco, una barba del mismo color y una mirada cansada.
"Te haces viejo, Melchor, te haces viejo".Melchor se volvió a lavar la cara con la esperanza de que el agua fría le devolviese unos cuantos años que la vida en el astillero le había quitado. A lo lejos, oyó ruidos, movimiento frenético de gente, gritos. Todas las mañanas lo mismo. "Ya están otra vez...". Se sentía mayor para estar allí en las barricadas que se formaban en las puertas de la factoría, se sentía mayor para pelearse con los antidisturbios, se sentía mayor para todo.
El astillero cerraba. Esa cantinela, esa amenaza que había estado flotando en el aire como la niebla que aparecía sobre la ría, se hacía realidad, dejando a miles de trabajadores en la calle muchos de ellos sin posibilidad de recolocarse ya que no sabían hacer otra cosa. Como Melchor.
Tan abstraido estaba en sus pensamientos que ni se dió cuenta de que entró José, uno de los trabajadores más jovenes.-"Pero Melchor...¿Qué haces aquí?Ven a la calle como todos los demás...hay que armarla pero bien armada-" Melchor sonrió. Le contestó que ahora iría. Que le esperase. Admiraba a ese hombre, era mucho más joven que él, seguro que tenía más opciones de encontrar otro trabajo y sin embargo, era de los que siempre estaba en primera línea, arengando a sus compañeros, plantando cara a la policía, como si llevase toda la vida trabajando en el astillero. Suspiró. Se volvió a mirar en el espejo, un brillo que creía haber perdido con los años, apareció de nuevo en sus ojos. Se puso el casco y un pañuelo que le cubría gran parte de la cara. "Como en los viejos tiempos..." pensó. Había que luchar por la dignidad, había que luchar por el pan de sus hijos, había que luchar porque las palabras no habían servido para nada, había que luchar con un lema claro:"Astilleros no se cierra", había que luchar aunque a él no le gustase la excesiva violencia, que en su opinión, mostraban sus compañeros. Había que luchar y aunque Melchor ya era viejo para eso, se puso junto con José al frente de sus compañeros mientras justo delante de ellos, los antidisturbios se preparaban para cargar...

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