Domingo 11 de diciembre. Acaba una semana un tanto peculiar donde la palabra más repetida ha sido "macropuente". Miles de personas habrán viajado por ahí, otras tantas se habrán quedado en sus casas y para todas ellas, los grandes centros comerciales han abierto hoy sus puertas. Da igual que las familias españolas se endeuden cada vez más y conviertan la cuesta de enero en un auténtico Everest. La gran mayoría compra compulsivamente aunque luego el 40% no llegue a fin de mes. Es difícill resistirse, hasta yo mismo he sucumbido y he comprado "unas cosillas". Pero que conste en acta que no las he comprado hoy y que ni pienso ir ningún domingo a estos sitios atestados de gente que parece que no tiene nada mejor que hacer. Con lo bien que se está en casa tomando un chocolate con churros. La Navidad debería ser eso, estarse tranquilo en casa con una taza caliente y con alguien a tu lado. Pero no, la televisión nos vomita películas empalagosas, telemaratones supersolidarios de la muerte para sentirnos bien con nosotros mismos y con toneladas de anuncios que hacen que nos pique el bichillo de consumir por consumir. Y claro, pasa lo que pasa, todos cogiendo a la vez el coche para colapsar la ciudad coincidiendo con los que regresan del puente que gustosamente colapsan las carreteras.
En fin, que ya se ha acabado el domingo y dentro de 7 días viene otro domingo con los centros comerciales abiertos de nuevo. "Santificarás las fiestas" dice un mandamiento, menos mal que las Navidades son unas fiestas "religiosas" que si no...
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