martes, diciembre 20, 2005

El Seat Málaga

15 años tenía. Y aún podría haber aguantado un par más. Es verdad que la última reparación me costó un huevo y parte del otro. Es verdad que misteriosamente la calefacción había dejado de funcionar y que la radio, también misteriosamente, solo captaba la onda media y la fm estaba "missing". Es verdad que si lo piensas fríamente, sólo es un coche, o sea una máquina, o sea que no tiene sentimientos. Pero me da pena y la palabra "desguace" tiene unas connotaciones casi de asesinato y todo. Vale, a lo mejor exagero. A lo mejor es mejor así. "El coche estaba viejo, Borja", "No tenía dirección asistida ni aire condicionado", "Le tenías que echas un sustituto del plomo porque tu coche sólo admitía super(y de esa ya no queda en las gasolineras)". Es cierto, tenéis razón. Pero ahora vienen a mi mente cantidad de recuerdos, cantidad de viajes hechos por estas tierras de Dios, cantidad de kilómetros y kilómetros...
¿Y por qué te desprendes de él?, os preguntaréis. Bien, la respuesta es sencilla. Mi hermano se va a comprar coche nuevo y para abaratar el coste, con el plan prever, le daban 700 euros por el Málaga. Sé de buena tinta que en las chatarrerías no me darían ni un euro así que aún se hace negocio aunque me quede sin coche. De todas formas, ya estoy mirando coches de segunda mano porque uno nuevo aún no me lo puedo permitir.

El Seat Málaga ya no está. Su último "gran" viaje fue a Jaca y Ana iba conmigo. Por lo menos, nos dió un buen regalo de despedida...

1 comentario:

Edda dijo...

Lo importante es la vida que ha tenido, le has dado buena vida? En fin, deshaccerte de los coches viejos da penita hasta que tienes entre las manos el volante de otro nuevo. Vamos, al menos desde mi humilde opinión. Yo le tengo mucho cariño al mio pero... ya tengo ojeados varios candidatos, se salva porque no tengo vida económica que sino...